Hablamos con la Legendaria Jane Fonda sobre Cannabis, Cáñamo y Activismo

Nota por Javier Hasse publicada originalmente en El Planteo. Más artículos por El Planteo en High Times en Español.

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Nos encontramos con Jane Fonda sentada en una habitación de su casa; las paredes, recubiertas de fotos sus ídolos e ídolas. Mirándola desde lo alto están Harvey Milk, Rosa Parks, Millicent Rogers -que resulta ser antepasada de Jane-, así como Cesar Chávez, Dolores Huerta, Howard Zinn y Henry Fonda, su padre.

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Lleva el cuello de la camisa abierto, un toque distintivo e icónico del look Fonda, y su maquillaje y su piel lucen más que perfectos. Al respecto, guarda un secreto que será revelado más adelante en este artículo.

Jane está preparada para una entrevista única: a pesar de estar lejos de ser una stoner, o de declararse siquiera “activista del cannabis”, está dispuesta a hablar de porro. Después de todo, la actriz siempre se ha caracterizado por ser una persona libre de prejuicios.

“No hace falta decir que he fumado porro en mi vida”, comienza, aclarando rápidamente que nunca ha sido una consumidora ávida: el cannabis siempre la ha hecho sentir paranoica y demasiado hambrienta. El bajón puede ser, efectivamente, el peor enemigo de las estrellas de Hollywood.

La concentración también ha sido un problema: “Nunca he podido trabajar. Ni actuar, ni escribir, ni leer, ni ir al cine. Nunca he podido hacer nada en lo que quisiera concentrarme si estaba fumada”.

“Luego vinieron todos los enfoques científicos del cannabis”, prosigue Jane. “Y es realmente sorprendente lo que ha sucedido, la forma en que han sido capaces de segmentar las diferentes partes de la marihuana. Es muy impresionante”.

Un nuevo amor por el porro

La evolución de la ciencia del cannabis y la creciente variedad de métodos de ingesta disponibles han abierto todo un nuevo mundo de posibilidades para los consumidores de cannabis. Ahora, la gente puede seleccionar las variedades adecuadas y las formas de consumirlas para conseguir efectos muy específicos y buscados.

Y en este nuevo paradigma, Jane también se ha reconciliado con el cannabis.

“En los dispensarios saben cómo orientarte”, explica.

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“Hace unos cuatro años, para ayudarme a dormir por la noche, tomaba una pequeña dosis de Valium. Y siempre tenía que tomar una pequeña siesta en medio de la jornada laboral, durante la pausa del almuerzo, porque tenía una especie de resaca”, recuerda.

“Un día, mi buen y progresista médico me dijo: ‘Me gustaría que dejaras de tomar el somnífero y te sugiero que te pases a un [producto] de CBD que te ayude a dormir'”.

Y así lo hizo.

Con la ayuda de su dispensario local y de sus budtenders, Jane encontró el producto adecuado para ella: un vaporizador de la marca Dosist.

“Y vaya si me funciona”, dice, con una sonrisa en su rostro bien descansado. “Es decir, tienes que querer irte a dormir; tienes que estar ya en la cama… Pero luego, salgo y no tengo resaca al día siguiente”.

Y una larga fascinación por el cáñamo

Si bien la marihuana nunca fue santa de la devoción de Jane, el cáñamo es una historia completamente diferente. Esa planta le encanta; y lo ha hecho durante mucho tiempo.

“Llevo ropa de cáñamo”, dice. “Siento decir que toda mi ropa viene de China porque el tejido hecho con cáñamo fue prohibido en Estados Unidos. Las grandes industrias, creo, estuvieron detrás de eso”.

“Estoy muy, muy interesada en que Estados Unidos recupere el cáñamo como parte importante de su economía de materiales”, añade Jane.

Pero, ¿por qué una estrella de Hollywood como Jane Fonda opta por llevar ropa de cáñamo? Al menos en el imaginario popular, los tejidos de cáñamo se parecen más a una bolsa de arpillera que a un textil digno de envolver a semejante icono de la moda.

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Bueno, los tiempos han cambiado. Hoy en día, también se fabrican con cáñamo tejidos hermosos, suaves y similares a la seda.

“Me enamoré de algunas prendas y luego descubrí que estaban hechas de cáñamo y me dije: ‘¿Cáñamo? Pensé que sería como un saco de patatas’. Pero no lo eran. Eran preciosas, suaves, flexibles y maleables”.

Más allá de la moda, el cáñamo puede ayudar a cambiar el mundo para mejor, continúa explicando Jane.

“Me has preguntado por qué creo que el cáñamo es importante. Te diré por qué: Tenemos que dejar los combustibles fósiles; tenemos que eliminar los combustibles fósiles de nuestra economía, y tenemos que hacerlo rápidamente. Tenemos que buscar cosas que puedan formar parte de una economía nacional que sea democrática“.

Y, para Jane, el cáñamo es lo más democrático que hay: puede cultivarse en todo Estados Unidos, y en todo el mundo.

“Gran parte del cáñamo que se cultiva actualmente lo hacen las mujeres indígenas de las zonas del norte de este país. Pero en la formación de este país, nuestros antepasados, incluido George Washington, cultivaban cáñamo en Washington, D.C. Puede crecer en muchos lugares diferentes. Era una parte importante de la vida y la economía en los años 1700”.

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“Probablemente también lo fumaban, el viejo George Washington y Benjamin Franklin”, bromea, gesticulando pícaramente la acción de fumar un porro.

Dejando a un lado las bromas, Jane habla en serio sobre el cáñamo. Muy en serio.

“Puede ser un producto autóctono, local y descentralizado que puede estar en manos de personas que han sido marginadas en el pasado. Y por eso me gusta”.

Bajo la influencia (de Winona)

Cuando el activismo de Jane empieza a aparecer en la conversación, hay un nombre que pide ser mencionado: Winona LaDuke.

Jane y Winona, amigas desde hace tiempo, protestan actualmente contra el oleoducto de USD 7.500 millones que está construyendo la empresa canadiense Enbridge en Minnesota.

El proyecto, explica Jane, supone una gran amenaza para el medio ambiente: los oleoductos atravesarían doscientas masas de agua, incluida la cabecera del río Mississippi.

“Estas tuberías transportan arenas bituminosas, el petróleo más venenoso, dañino y sucio. Y cuando se filtra, se hunde en el fondo del agua. Es muy tóxico y muy difícil de limpiar”, afirma. “Decenas de millones de personas dependen del agua del Mississippi. Fui hasta allí para intentar llamar la atención nacional sobre esta Línea 3 de Enbridge, y lo conseguí”.

Curiosamente, fue Winona LaDuke quien llamó la atención de Jane sobre el tema de Enbridge, como ya había hecho en el pasado con el cáñamo.

“Ella fue quien me habló del coche de cáñamo de Henry Ford. Fue ella quien me hizo comprender el valor de la economía del cáñamo”, declara la artista.

Luego, pasa a citar a su querida amiga: “Hubo un momento en la historia de Norteamérica en el que pudimos elegir. Pudimos elegir entre una economía de hidratos de carbono o una economía de hidrocarburos. Y elegimos la equivocada”.

“Ahora tenemos la oportunidad de volver a decidir. Debemos elegir una economía de hidratos de carbono en la que el cáñamo ocupe un lugar central. Eso me encanta”, añade Jane.

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Ama el cáñamo. Su cara se ilumina cuando menciona las decenas de usos que tiene la planta.

“Sabes, se podría convertir en plástico, ¡hombre! Quiero decir que se podría eliminar el plástico basado en los combustibles fósiles y crear un equivalente de plástico a partir del cáñamo. Fúmate esa”.

Entonces, si el cáñamo es tan bueno. ¿Por qué no lo usamos más?

Bueno, la prohibición tuvo mucho que ver. Pero también el dinero.

“Es el capitalismo. Las empresas competidoras no querían el cáñamo y lo prohibieron. Presionaron al gobierno para que lo prohibiera”, asegura.

Descanso reparador

Tomando un respiro de los temas más pesados, Jane elabora sobre su asociación con los productos CBD de cáñamo Uncle Bud’s.

El año pasado, Uncle Bud’s apareció en Forbes en dos ocasiones distintas. En el primer artículo, la leyenda de la NBA Magic Johnson compartió su historia con el CBD y explicó su asociación con la empresa. En el segundo artículo, la superestrella del deporte reveló noticias exclusivas sobre el lanzamiento de la marca en China a través de una asociación con Tmall de Alibaba.

“Como ves, estoy interesada en el cáñamo. Y entonces apareció esta empresa [Uncle Bud’s]. Hacían productos para la piel con cáñamo. Los probé y me gustaron mucho, así que dije, ‘claro, sí, me gusta la idea’. Quiero decir, Dios mío… Todos esos productos para la piel, el cáñamo es como un producto milagroso“, celebra Jane.

De hecho, la actriz utiliza los productos con regularidad.

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El roll-on de Uncle Bud’s le ayuda a aliviar los dolores de espalda y hombros causados por su artritis, mientras que la mascarilla nocturna mantiene su piel “agradable e hidratada”. Y los resultados son claros como el agua: a sus 83 años, la piel de Jane Fonda parece tan suave como el culito de un bebé.

“El cáñamo es una planta mágica”, concluye.

El próspero Tío Bud

China se ha convertido en un mercado muy grande para Uncle Bud’s. Y su CEO y cofundador, Bruno Schiavi, ve que le queda mucho margen de crecimiento.

Aunque las recientes conversaciones sobre una posible prohibición de productos de cáñamo y CBD en el país podrían suponer un gran obstáculo para la empresa y otras del sector, Schiavi parece confiar en que Uncle Bud’s lo logrará de una forma u otra.

“Eso no nos disuade. En todo caso, estamos muy comprometidos con la permanencia en China. Así que ya tenemos una estrategia de contingencia para incluir otros ingredientes además de cáñamo y CBD en nuestros productos para China”, dijo.

La empresa también ha prosperado en Estados Unidos durante la pandemia del COVID-19, con un aumento de las ventas en línea del 8.000%.

“El mercado del CBD y del cáñamo se está estabilizando y ganando un poco de impulso a medida que las cosas se recuperan. Tuvimos la suerte de que se nos considerara un minorista esencial durante toda la pandemia. Pero también, nuestro .com impulsó muchas ventas”, añadió Schiavi.

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También se han añadido nuevos productos a la gama, concretamente gomitas de CBD para dormir y para cualquier momento.

Estén atentos para más noticias de Uncle Bud’s.

Vía Forbes, traducido por El Planteo.

Fotos cortesía