Nota por Ulises Román Rodríguez publicada originalmente en El Planteo. Más artículos por El Planteo en High Times en Español.
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La doctora Silvia Kochen es la coordinadora científica de la flamante empresa pública de base tecnológica Cannabis Conicet.
En su extenso currículum consta que la cabeza de este proyecto -que significa un paso destacado para la industria del cannabis en Argentina- es neurocientífica, investigadora del CONICET, directora de la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencia y Sistemas Complejos.
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A su vez, Kochen integra la Red Argentina de Cannabis Medicina (RACME), dirige el Centro de Epilepsia de los hospitales Ramos Mejía y El Cruce y es una de las fundadoras de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología, desde donde -junto con otras colegas- da a conocer algunos aportes de la neurociencia al conocimiento sobre el cerebro y las mujeres.
Cannabis Conicet fue creada con el objetivo de fortalecer e impulsar la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial en la región en todas las etapas: desde el cultivo, la producción y el uso clínico e industrial a la capacitación y formación de recursos humanos
Fue anunciada oficialmente el pasado 11 de octubre a partir de la articulación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce Néstor Kirchner.
“Este es un proyecto que viene haciéndose hace mucho. Su base tiene que ver con la Red de Cannabis Conicet y la búsqueda de generar una situación en espacio público. Lo que no quiere decir que después no se abra a otros actores. Busca contribuir a que la gente tenga acceso con calidad al cannabis, que se sigan haciendo investigaciones y que tengamos cultivos estacionales”, explica Kochen a El Planteo.
Una razón de ser
Según detalla el acta fundacional, Cannabis CONICET tiene como misión consolidar la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial en la región, generando estándares de calidad e innovación en todas las etapas.
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La creación es posible en el marco de un contexto alentador en el que se pronostica que para 2024 la producción global de cannabis medicinal alcanzaría los 42.700 millones de dólares, multiplicando catorce veces el valor de diez años atrás.
La creación de la empresa que coordina Silvia Kochen permitirá asegurar la calidad, el uso seguro del cannabis medicinal, su acceso, fortalecer la cadena productiva y, al mismo tiempo, posibilitará poder contar con semillas propias, lo que significa soberanía para la producción argentina.
El acercamiento de la doctora al cannabis medicinal se produjo a partir de su especialización en la epilepsia y el acercamiento al hospital de cientos de familiares y pacientes con esta enfermedad en busca de acompañamiento en el uso del cannabis.
A partir de ello, junto con su equipo de trabajo realizaron estudios observacionales y ante las coincidencias con varios profesionales de la salud e investigadores fue que decidieron constituir la RACME.
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Fueron numerosas investigaciones las que dieron evidencia científica sobre el uso del cannabis en diferentes patologías y en el mejoramiento en la calidad de vida.
Esta situación, sumada a los pocos efectos adversos hizo que aumente el interés científico y el industrial.
—¿Qué lugar ocupa la Argentina en materia de cannabis con respecto a otros países de Latinoamérica?
—Creo que estamos en una posición bastante avanzada. A diferencia de otras partes del mundo, donde se considera al cannabis un suplemento dietario, lo que significa que es accesible pero para el que tiene la plata, el que no tiene la plata no accede porque lo tiene que pagar, nosotros logramos que la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) saque una resolución, que es una nueva categoría para que se lo considere un producto medicinal no farmacéutico. Así, una vez que se reglamente bien esto, la obra social lo pueda cubrir.
Tomar posición
Con la nueva empresa y el Estado interviniendo en la salud pública, en el control de calidad, impulsando el avance en los estudios clínicos del cannabis medicinal y el desarrollo del cáñamo industrial suponen más fuentes de trabajo, remediar suelos y un importante desarrollo.
—En ese sentido, el mayor temor de quienes vienen luchando por la legalización es que todo termine quedando en las manos de unos pocos, que hagan su negocio.
—También ése es nuestro temor: que esto quede monopolizado en los grandes monopolios de los laboratorios. Por eso, la creación de esta empresa, que es una empresa pública. Es toda una posición en este país y en este mundo tener esta postura.
—¿En qué momento piensa que se va a poder usar el cannabis medicinal sin que haya tantas trabas?
—Creo que en el momento en el que se termine de reglamentar la última ley. Lo que hicimos es no hacer una espera pasiva y entonces creamos esta empresa. Por ley lo tienen que hacer: crear la agencia y que esta pueda terminar de reglamentar todo lo que sea necesario para que se pueda hacer todo lo que es el proceso productivo.
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Para Kochen, este es sólo el comienzo ya que “la idea es sumar a toda la gente que esté interesada en la temática, que le importe participar y está al servicio de los intereses de nuestra gente. Ese es el objetivo fundamental que tiene la empresa”.
Cannabis, el documental
Además de la medicina y la investigación, Silvia Kochen es realizadora audiovisual. Egresada de la carrera audiovisual de la Universidad Nacional de las Artes, su primera obra fue el documental Sara Méndez, sobre la maestra y militante uruguaya que fue secuestrada, junto a su hijo de 20 días, en Argentina en el marco del Plan Cóndor.
En 2021 estrenó su segundo documental, Primera línea de fuego: una serie de relatos en primera persona del personal de salud que atendió pacientes con COVID-19 filmado durante la pandemia.
En la actualidad se encuentra trabajando junto al realizador Emiliano Serra en el documental Cannabis Medicinal. El largometraje tiende un puente entre la ciencia y el conocimiento popular.
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Con el aporte de distintos testimonios, científicos de diversas especialidades dan cuenta de cuál es la posición de la ciencia respecto a cómo actúa el cannabis medicinal en el organismo así como también lo hacen diferentes actores sociales entre quienes se destacan integrantes de Mamá cultiva y reconocidos cannabicultores que vienen sosteniendo la lucha por la legalización de la planta.
“El documental es variopinto y se van tomando testimonios a varios actores, que participan en todo el proceso del cannabis”, comenta Silvia Kochen.