Investigadores quieren saber por qué el cannabis hace que algunos usuarios se sientan ansiosos y paranoicos.
Es una escena demasiado familiar para los que les gusta las sustancias psicoactivas. Se pasa un porro en una fiesta, arrastrando los pies en medio de una columna de humo, hasta que llega a la posesión de un amigo que, ahora que lo pienso, nunca se has drogado. Y luego aprendes por qué: la hierba, dice, lo pone ansioso, paranoico. Para él, a diferencia del resto de los asistentes a la fiesta, esto no es un escape.
Puede ser un misterio confuso para aquellos a quienes el cannabis produce placer, éxtasis, bocadillos y risas sin parar. Pero ahora, la nueva investigación publicada este mes ofrece una visión crucial de esas diferencias. La investigación, realizada por Western University en Ontario, Canadá y publicada en Scientific Reports, ofrece una ventana única a los efectos dispares del cannabis, y más específicamente, su principal ingrediente psicoactivo, el tetrahidrocannabinol o THC, tiene en el cerebro.
Los investigadores utilizaron ratas para aprender cómo el THC puede afectar más agudamente a diferentes partes del cerebro, descubriendo que si el frente es más sensible, los resultados del consumo de cannabis producirán efectos más placenteros, ya sea relajación o euforia. Pero si la parte posterior de su cerebro se ve más afectada, es probable que experimente más reacciones adversas, como paranoia o miedo.
Uno de los investigadores del estudio, Steven R. Laviolette, dijo a Yahoo que el estudio ofrece un “hallazgo muy nuevo”.
“No se sabe demasiado acerca de por qué existen tales diferencias en la respuesta al THC”, dice. “Sabemos mucho sobre los efectos a largo y corto plazo … Pero se sabe muy poco acerca de las áreas específicas del cerebro que son responsables de controlar de forma independiente estos efectos”.
Laviolette y sus colegas ahora comenzarán a explorar la posibilidad de probar la hipótesis en un cerebro humano real. “Ten en cuenta que estamos empezando a desentrañar algunos de los detalles más complejos de cómo el cannabis está afectando al cerebro”, explica. “Controle su uso y si experimenta efectos secundarios negativos, hable con su médico”.
Los hallazgos se pueden ver como uno de una serie de intentos por llenar el vacío en una investigación creíble sobre el cannabis. Si bien los estados de Estados Unidos y los países de todo el mundo continúan avanzando hacia el levantamiento de las prohibiciones de larga data sobre el uso de cannabis recreativo, sigue habiendo una notable carencia en los estudios sobre los efectos reales del cannabis.
Esa brecha se está cerrando en parte gracias a la investigación que está saliendo de Canadá. Un estudio publicado el mes pasado en el Instituto de Investigación del Hospital Ottawa, por ejemplo, encontró una correlación entre el consumo de cannabis entre las mujeres embarazadas y el parto prematuro. En mayo, los Institutos Canadienses de Investigación en Salud anunciaron que invertirán aproximadamente $24.5 millones para reforzar la investigación sobre el cannabis. Esa financiación apoyará 26 proyectos en todo Canadá “que cubren temas como el uso de cannabis y aceite de cannabidiol (CDB) para el tratamiento del dolor y la ansiedad”, según la agencia.