Nota por Lucía Tedesco publicada originalmente en El Planteo. Más artículos por El Planteo en High Times en Español.
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En el departamento de Caazapá, Paraguay, una construcción de cáñamo transforma las viviendas como se las conoce. La primera casa de cannabis industrial en Latinoamérica es el nuevo faro de innovación hacia el desarrollo sostenible, el turismo y, tal vez lo más importante, la posibilidad de hacer que muchas familias salgan de la extrema pobreza.
Marcelo Demp, presidente de la Cámara de Cáñamo Industrial de Paraguay (CCIP) y vicepresidente de la Asociación Latinoamericana de Cannabis (LAIHA), da a El Planteo algunos detalles a propósito de las construcciones de casas hechas con fibras de cáñamo y regala pistas sobre un futuro más sostenible.
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“Hablamos de familias en extrema pobreza, algunos de estos trabajaban en la clandestinidad haciendo marihuana ilegal. Son el perfil de los que la criminalidad agarra”, comenzó diciendo Demp sobre el impacto social de esta iniciativa.
Estas fibras provienen de la agricultura familiar campesina y de seis comunidades indígenas. Ellos son el eje clave para lograr que todo esto suceda. Porque el triple impacto que intenta causar Paraguay con esta iniciativa, viene por el lado de:
- Combatir la criminalidad a través de la industria y la generación de ingresos.
- Impulsar a que mucha gente salga de la pobreza.
- Validación constante de las capturas de carbono: entender cuánto contamina una variedad de cannabis y cuánto es el balance.
Así las cosas, la CCIP, en colaboración con la Universidad Nacional y la certificadora SGS Estados Unidos, ha validado la captura de 72 toneladas de carbono positivo. Lo que es el principio de una nueva etapa en el compromiso ambiental del país.
¿Cómo se construyó la primera casa de cáñamo en Paraguay?
“Esta casa se vendió a un europeo que vivía en un pueblo de Caazapá. Pagó para que se le construya una casa con hemp, porque él ya conocía la experiencia en Austria”, contó el presidente de CCIP. A propósito, la empresa constructora fue Bruno Paraguay, que hace construcciones con cáñamo en Austria y las vende a Europa y Japón.
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“Entonces se hizo lo que él pidió, una casa de dos pisos. Sirvió como ejemplo para iniciar un trabajo para que el gobierno pueda construir con la materia prima que cultiva una familia”, desarrolló.
Las fibras de cáñamo actúan como aislantes naturales, repelentes de insectos y materiales no inflamables. Si bien fue difícil que “las familias campesinas trabajen en coordinación con el asesoramiento agronómico del licenciatario de la Dirección Agraria de Ministerio de Agricultura”, dijo Demp. Y, finalmente, aclaró que se pudo realizar ese trabajo colectivo.
Para que funcione y todo fluya entre el sector privado y el sector público, el acompañamiento del producto fue clave en vías de seguir fortaleciendo la economía circular que se intenta impulsar en la región. Paraguay compraba sólo las semillas a las familias agrícolas y a las comunidades indígenas. Las fibras se tiraban y ahora pasan a cumplir un rol clave.
Innovación que atraviesa fronteras
Con su economía estable, Paraguay se convierte en un imán para inversiones y colaboraciones internacionales. Empresas brasileñas, estadounidenses e incluso la marca de Snoop Dogg están atentas a las oportunidades que el cáñamo paraguayo ofrece. La innovación que trasciende las fronteras no sólo construye casas, sino también alianzas.
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“Si miramos quiénes son los players en materia de fibras son Estados Unidos, Canadá y China. Pero no tienen hemp industrial o medicinal”, explicó el entrevistado.
Además, destacó que en el país donde vive “la convertibilidad del dólar al guaraní, se ha modificado menos del 10% en los últimos 10 años y tiene el sistema de impuestos más económico de la región”.
Para Demp, por una cuestión de estabilidad y de economía, no va a haber probablemente otro país que tenga el nivel de avance que tiene Paraguay, que ya produce con semillas, hace cientos de alimentos y exportan a 10 países del mundo. Los derivados de la fibra, era la parte que les faltaba, hasta ahora.
Los planes para el futuro
Con una casa de cáñamo construida en tan solo días, lo que sigue es hacer un análisis de mercado, de costos y seguramente volver a probarlo para confirmar su rentabilidad. Pero esa no es la única sorpresa para los paraguayos, que se perfilan para desarrollar una industria cannábica de alto calibre.
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“Hubo una reunión con la ministra de turismo, porque se quiere hacer la ‘ruta del cáñamo’”. La idea, según describió Demp, es que vengan personas de todo el mundo a recorrer los cultivos de las comunidades, se queden en una quinta, puedan ir a ver la casa de cáñamo, los indoors, la fábrica de alimento, o de cigarrillos y finalizar con una experiencia en un dispensario, donde puedan comprar y experimentar con los productos.
Además, otro avance es que “el gobierno está consultando costos para saber si es viable pensar en hacer una prueba piloto para reemplazar casas de cemento por casas de cáñamo”.
Hoy, en Paraguay se encuentran construyendo viviendas y como hay mucha repercusión por el cáñamo, incluso entre las empresas privadas, se ha llegado a tener contacto con el Banco Mundial para el mejoramiento genético de variedades. “Les gusta lo que está haciendo Paraguay”, indicó el entrevistado.
“El día de mañana creo que se va a terminar liberando la marihuana con THC, obviamente con los controles respectivos, con educación, con la trazabilidad correcta, con toda una experiencia industrial y medicinal que va a caminar sus añitos”, deseó el presidente de la cámara. Para él, “no sólo Paraguay, sino el mundo va para la liberación total, como en el caso del alcohol, o la nicotina”.
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Un camino marcado por la innovación, la sostenibilidad y la esperanza de un mañana con cada vez menos pobreza, es lo que proyecta Paraguay y, por lo visto, tiene todo para lograrlo. Principalmente, el capital humano que trae el trabajo de una figura cannábica como Marcelo Demp que, junto a muchos otros, creen y confían en la industria del cáñamo que se está gestando en Sudamérica.
Nuestro contenido en español:
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